No hace falta ser un montañista para llegar a la cima. Puedes ser una persona común y corriente, con la suficiente motivación para alcanzar esa montaña. Esta es una historia de dos amigos que buscaban aventuras llenas de adrenalina, ese tipo de aventura que les hagan sentir vivos.
Sergio y Rigoberto dos buenos amigos, o como ellos nos cuentan “compadres” llegaron a nosotros por medio de Explorinka, buscando experiencias en bicicleta, pero esas experiencias que trasciendan en la memoria. Sabíamos y estábamos seguros de que la montaña del Ausangate y sus paisajes con sus coloridas lagunas era perfecto para ellos, además le agregamos una caminata en la montaña de 7 colores, haciéndolo la combinación perfecta para sus vacaciones.
El primer día en nuestra excursión caminamos rumbo a la popular montaña de 7 colores, quedándonos maravillados por los paisajes y obviamente capturamos lo mejor en fotografías. El clima nos ayudó mucho, pues estaba soleado, con poca presencia de nubes, afortunadamente la temperatura estaba fresca haciendo que la caminata sea más agradable.
Luego de nuestra visita en la montaña nuestro destino fue el pueblo de Pajchanta un pueblito ubicado al pie de la montaña del Ausangate a 4200 msnm, En este paraje aprovechamos nuestro tiempo para relajarnos sus piscinas de aguas termales naturales Con unas cervezas en mano y el cálido manto de sus aguas, podíamos apreciar el cielo como se despejaba y descubría algunas estrellas.
La mañana siguiente caminamos por uno de los senderos del Ausangate, con las bicicletas en los caballos dirigidos por el mejor de los arrieros de la zona Santiago, caminamos bordeando la montaña del Ausangete encontrando sus lagunas en nuestro paso. La idea fue rodear las lagunas llegando a la cima para luego soltarnos en nuestras bicicletas. Una vez en la última laguna, descendimos dejándonos llevar por la velocidad, Rigoberto un audaz ciclista, nos sorprendió mucho por su habilidad al descender, Sergio a pesar de su dolencia en uno de sus pies, dejo el caballo que al principio lo ayudaba a descender, y con toda convicción agarro su bicicleta y descendió con nosotros hasta el final del camino. Ni el cansancio, ni la falta de oxígeno, ni el pie adolorido dejo atrás este par de amigos disfrutarán su aventura en bicicleta por el Ausangate. Siempre los tendremos presente, esperamos verlos pronto al próximo año….